El lado oscuro del sueño americano: la
responsabilidad de EE.UU. en las causas de la migración global
Por: Alberto Kok
Estados Unidos
sigue siendo un imán para millones de migrantes de todo el mundo. Sin embargo,
detrás del relato del “sueño americano” se esconde una realidad incómoda: gran
parte de los factores que expulsan a esas personas de sus países tienen,
directa o indirectamente, el sello de la política exterior estadounidense. De
Irak a Centroamérica, del cambio climático al narcotráfico, EE.UU. aparece no
solo como receptor de migrantes, sino como actor clave en las crisis que los
empujan a partir.
1. Intervencionismo militar: sembrando el
éxodo
Desde el siglo XX, Estados Unidos ha intervenido
militar y políticamente en diversos países bajo el pretexto de la seguridad o
la democracia. Las consecuencias han sido devastadoras:
- Irak
(2003): La invasión liderada por EE.UU.
destruyó el aparato estatal y sumió al país en el caos. Según cifras de la
ONU (2015), más de 9.2 millones de iraquíes fueron desplazados como
consecuencia directa de la guerra.
- Afganistán:
Dos décadas de ocupación dejaron un país empobrecido y dependiente. En
2023, 3.5 millones de afganos vivían desplazados internos tras el
colapso del régimen apoyado por Washington.
- Siria:
El financiamiento de grupos rebeldes por la CIA entre 2012 y 2017 ayudó a
prolongar la guerra civil. Resultado: 13 millones de sirios desplazados
(ACNUR).
- Centroamérica
en los años 80: El apoyo a gobiernos autoritarios y
grupos armados como los “contras” en Nicaragua dejó un legado de violencia
estructural que hoy explica parte de las caravanas migrantes.
"Viví
la guerra en El Salvador con 13 años. Vinimos a EE.UU. huyendo de la violencia
que ellos financiaron", cuenta Ernesto López, ahora activista migrante
en California.
2. Políticas económicas asimétricas:
extracción de recursos y explotación laboral
Si el poder militar de EE.UU. siembra el caos, su
poder económico cultiva la dependencia. Las políticas comerciales, los tratados
desiguales y las cadenas globales de suministro han generado una relación
profundamente desigual entre el Norte y el Sur global. Esta arquitectura
económica no solo extrae riquezas naturales y humanas, sino que empuja a las
personas a migrar, al erosionar sus posibilidades de vida digna en sus países
de origen.
a) Acaparamiento de recursos estratégicos
Varios tratados comerciales han facilitado un modelo
extractivista en el que corporaciones estadounidenses obtienen enormes
beneficios a costa de comunidades vulnerables y ecosistemas devastados.
- En
Guatemala, el tratado CAFTA-DR permite que empresas como Newmont
Goldcorp exploten minas de oro pagando regalías de apenas 1%, frente
al 12% que pagarían en Canadá. Esta actividad ha contaminado cuencas
hídricas y forzado el desplazamiento de comunidades indígenas enteras.
- En
Haití, tras el terremoto de 2010, EE.UU. promovió la importación masiva de
arroz subsidiado desde Arkansas. El resultado fue la destrucción de la
agricultura local: hoy, más del 80% de los alimentos son importados,
dejando a la población expuesta a una inseguridad alimentaria crónica.
- En
Honduras, empresas como Dole y Chiquita controlan el 70% de
la tierra fértil para monocultivos de exportación. Estas plantaciones
consumen hasta 20 veces más agua que los pequeños agricultores, provocando
desertificación en zonas como el Valle de Sula, uno de los principales
focos de emigración del país.
b) Cadenas de suministro predatorias
Las cadenas globales de valor que abastecen el consumo
estadounidense están sostenidas por regímenes laborales precarios en el Sur
global:
Sector |
Mecanismo de explotación |
Impacto migratorio |
Textil |
Maquilas en Centroamérica con salarios menores a
$3/hora |
50% de mujeres hondureñas en caravanas 2021
trabajaban en maquilas |
Agroindustria |
Contratos temporales sin derechos laborales |
Migración cíclica de temporeros nicaragüenses hacia
Costa Rica |
Tecnología |
Extracción de litio en Argentina y Bolivia con
mínima tributación |
Contaminación y desplazamiento de comunidades
rurales |
c) Drenaje de talento y fuerza laboral
EE.UU. también ha estructurado sistemas de migración
laboral selectiva que benefician su economía a costa de los países emisores.
- El
programa H-2A recluta anualmente a más de 250,000 jornaleros agrícolas de
América Latina. Estos trabajadores ganan hasta un 40% menos que sus pares
locales y no tienen derecho a sindicalizarse.
- Las
visas J-1 atraen médicos, docentes y técnicos de países como Honduras o El
Salvador, dejando sistemas colapsados en sus lugares de origen. Honduras,
por ejemplo, cuenta con solo 4.7 médicos por cada 10,000 habitantes.
- El
fenómeno de la fuga de cerebros se combina con la externalización de
costos sociales: profesionales formados con recursos públicos (como
enfermeras filipinas) terminan cubriendo hasta el 30% del déficit de
cuidados en Estados Unidos.
Consecuencias en cascada
Este modelo económico genera efectos en cadena:
- Desindustrialización
forzada: México perdió 2 millones de empleos
agrícolas tras el TLCAN, por competencia desleal con el maíz
estadounidense.
- Precarización
como norma: Las maquilas guatemaltecas pagan
salarios que apenas cubren el 37% del costo de la canasta básica,
obligando a miles a migrar.
- Resistencia
criminalizada: Líderes como Berta Cáceres fueron
asesinados por oponerse a megaproyectos respaldados por capital
estadounidense, desencadenando el exilio de defensores ambientales.
Responsabilidad concreta no asumida
EE.UU. mantiene un modelo de capitalismo
neoextractivista en el que:
- Los
recursos naturales son saqueados mediante tratados
comerciales injustos.
- Los
cuerpos migrantes son piezas descartables en
sectores de baja remuneración.
- Los
costos sociales y ecológicos son externalizados
a los países expulsores.
La paradoja es evidente: la misma mano de obra
explotada en origen termina reconstruyendo infraestructuras estadounidenses
—como tras el huracán Katrina—, mientras empresas como Blackwater lucran
con contratos de seguridad en la frontera.
Esta economía
circular de la depredación exige no solo reformas migratorias, sino una
reestructuración profunda de las relaciones económicas globales.
3. Crisis climática: deuda ecológica
global
EE.UU. es el mayor emisor histórico de CO₂,
responsable del 25% de las emisiones acumuladas desde 1850. Esta huella
contribuye a desastres que hoy expulsan a miles:
- En
el Corredor Seco centroamericano, las sequías han dejado a 3.5 millones de
personas en inseguridad alimentaria (FAO).
- Los
huracanes Eta e Iota (2020) desplazaron a medio millón de personas en
Honduras.
"Perdimos la milpa, la casa, todo. Ya
no se puede vivir del campo", dice Rosa Martínez,
desplazada hondureña en Chiapas.
4. Armas y drogas: la violencia exportada
El tráfico de armas y el consumo de drogas en EE.UU.
tienen consecuencias devastadoras:
- El
70% de las armas incautadas en México provienen de EE.UU. (ATF, 2022).
- Cárteles
y pandillas se financian con el mercado estadounidense, agravando la
violencia en el Triángulo Norte.
“Los mareros
mataron a mi hermano. Nos fuimos esa misma semana hacia el norte”, cuenta
Jonathan Reyes, salvadoreño solicitante de asilo en Texas.
5. La paradoja migratoria: causa y
contención
Lo paradójico es que EE.UU., al tiempo que contribuye
a las causas estructurales de la migración, intenta frenarla con políticas cada
vez más agresivas:
- Muro
fronterizo
- Acuerdos
de “tercer país seguro”
- Deportaciones
masivas
Esta contradicción moral es insostenible.
¿Responsabilidad ética o indiferencia
estratégica?
Frente a este panorama, voces críticas proponen
medidas más justas:
Crítica |
Propuesta |
Negación de vínculos históricos |
Reparaciones climáticas y financiamiento de
resiliencia |
Externalización del costo humano |
Visas por responsabilidad para víctimas de políticas
estadounidenses |
Sanciones indiscriminadas |
Reformas con exenciones humanitarias verificables |
Conclusión
La responsabilidad de Estados Unidos no es solo
pasada, sino presente y estructural. Mientras no reconozca su papel en la
génesis de muchas crisis migratorias, seguirá alimentando un ciclo de expulsión
y contención sin salida.
Como escribió Eduardo Galeano:
“Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de
nada...”
...que terminan buscando en EE.UU. lo que ese mismo
sistema les arrebató en sus tierras.
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